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Un enemigo muy querido15 Oct 13 - 16:22
NUESTRA IGNORANCIA ENCERRADA EN
NUESTROS MIEDOS.
Es muy usual el amor desmedido a una cueva,
especialmente cuando se nace y crece dentro de ella, aún con más razón
cuando no se conoce más alla de la entrada/salida de esa cueva, entonces se
vuelve poético defender esa lugar pensando que es el único sitio hermoso del
mundo, porque esa "cueva" llega a ser todo el mundo de esa persona, a tal punto
que se defiende aquel mundo con la vida.
Eso le ha pasado a la humanidad en diferentes
generaciones, negamos la existencia de cosas más hermosas e inclusive la vida
en otros planetas, pues siempre he dicho "sino se puede comprobar que hay
vida en otros planetas, eso no es seguridad de que no exista".
Según lo que nos contó la profesora cuando estábamos
pequeñines, los indios no conocían los caballos (así decía la historia)
entonces cuando por primera vez ellos vieron esos animales, pensaron que eran
demonios, vaya usted a imaginarse como entonces corrían asustados viendo
aquellos hombres que los montaban.
Alguna vez he pensado, que tal si Simón Bolívar
volviera a la vida y se topa con una imagen en movimiento y con sonido incluido,
saliendo desde una pequeña caja, de seguro le cae a machete, pues que más que
seguro pensará que esa caja está llena de demonios.
Hay ocasiones que las personas no quieren
realizar algo porque simplemente tiene miedo a hacerlo, esto me trae a la mente
la película THE CROODS, nada más acertado a la realidad acerca de que nuestros
miedos nos dominan; y aunque a veces el miedo nos evita dolores de cabeza, hay
momentos que nuestros propios miedos nos crean círculos, anillos de fuerzas que
no nos permiten salir hacía adelante, a veces nuestros miedos nos hacen creer
que el único mundo para sobrevivir son nuestras tradiciones y creencias, así de
esta manera dejamos también que nuestra ignorancia (falta de conocimiento)
manden en todos los actos de nuestras vidas.
Miedos religiosos.
Muchas personas que dicen creer en Dios, cuando
pasan por una calamidad llegan a pensar que es ese ser supremo que los está
castigando, y por evitar el castigo evitan comer carne el viernes santo, pues
dice la tradición que si se bañan se convierten en pescado o si comen carne
Dios los castigará por comer la carne de cristo, pues que le vamos a hacer, si
a la final es una tradición que viene desde que los españoles infundieron el
miedo en un ser que castiga por el error, y después de todo para los
colonizadores era uno de los mejores métodos para controlar a los indígenas y
seguirlos manteniéndolos como esclavos, pero por favor despierten y abran bien
los ojos, ya para estas épocas no se amarra al perro con longaniza, no es
posible que sigas pensando que el gato negro es de mala suerte, es tiempo de
darse cuenta que cada paso mal dado trae su propia consecuencia. Hasta el
diablo a de estar enojado que le echen toda la culpa de los errores que cada
ser humano comete, y Dios no les da el licor para que se emborrachen y luego
tengan un accidente de tránsito por conducir ebrios.
Definitivamente es aquel miedo de superar ese
sinfín de ideas locas, que les aferra a creer que no pueden cambiar de estilo
de vida no les deja avanzar y continuar con una mentalidad abierta a un mundo
diferente. Con esto no estoy diciendo que es malo creer en Dios, pero realmente
lo malo es creer que nuestras acciones pecaminosas, son castigadas por ese ser
supremo.
¿Qué tan complicado es creer en un Dios amoroso,
que realmente es piadoso y que espera que ponga en práctica principios que les
de una mejor calidad de vida?
Miedos financieros.
Recuerdo en una ocasión un vendedor ofrecía a un
señor una licuadora y una tostadora para el negocio, pues el vendedor le decía
al "cliente" que con esa tostadora y licuadora podría ofrecer más
servicios a sus comensales, pero el cliente puso varias objeciones para no
comprar tales artículos, entre los que recuerdo, decía el cliente ¿y si no
vendo? ¿Y si se me daña? ¿Y si se va la energía?, en los 14 años que conozco a
tal hombre no le he visto superarse en el negocio, sigue con el mismo asador de
pollos y maduros que yo llegue a conocer.
Hay que ser buen inversionista y reconocer los
futuros problemas que pueden darse con el tiempo en el negocio en el cual uno
invierta, pero una cosa es ser precavido y otra cosa es ser pesimista. Esto me
recuerda el relato de la vaca en aquel famoso libro "La culpa es de la
vaca", (al final pondré un enlace al video sobre aquel relato) El miedo
que algunas personas tienen en cuanto a lo que es inversión justifica la
pobreza mental con la cual muchas personas sobreviven.
Algunos cuando hablan de pobreza se les viene a
la mente personas que no tienen capacidad económica para solventar necesidades
básicas, nada más alejado de la realidad aquello, pero la mayor pobreza en el
mundo que mata a las personas en sus propios miedos es aquella que se encierra
en la generalizada frase de "yo no puedo", o "yo no sirvo para
eso", además "yo no tengo la suerte que otros tienen".
Si a alguien se le ocurre pensar que no compra
carro para no chocarse, definitivamente ese alguien para superar a otros,
deberá superarse así mismo; la pobreza más difícil de superar es la pobreza
mental, pues en este mundo el éxito se lo mide desde la carrera universitaria o
título académico conseguido, más las posesiones económicas y el trabajo
logrado; pero estos pensamientos hacen que la autoestima de unos suban como la
espuma y la de otros desaparezca como arena entre los dedos.
El miedo a ser llamado fracaso hace que se tenga
miedo de invertir, el miedo de no ser competitivo hace que se sufra de
mediocridad, el miedo de llegar a ser mediocre, hace que muchos no intenten
empezar un proyecto para mejorar la calidad de vida.
Así con miedos propios y ajenos nos vemos cercados de
acciones que traen reacciones y lo único que se hace es contemplar día a día
como otros avanzan y algunos se estancan.
Si bien los miedos nos condenan a relegarnos a
vivir en un encierro imaginario, hay otros factores que impide que nos ofrezcamos
voluntariamente a superar nuestras propias barreras. Sobre aquello estaré
escribiendo en una próxima ocasión.
Tomado del libro. "Zapatos Rotos" - recuerdos de aquellos días. de Wilson Alvarado S.
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